FAMILIA  Y ENFERMEDAD.

 

La Familia es el gran soporte en muchos de los problemas que vivenciamos los seres humanos, en la mayoría de las situaciones el apoyo es claro, dirigido y con un aprendizaje para el futuro. Desgraciadamente, lo anterior se aplica poco frente a la vivencia de un cáncer, acá tanto el paciente como su familia, no poseen la experiencia de enfrentarse a una situación extrema o vital como es vivenciar un cáncer. El miedo se apodera de cada uno de los integrantes, la posibilidad de que el enfermo se muera nos paraliza, la conciencia de no poseer el control de algo que está dentro de nosotros nos agobia, y por más que nuestra mente busque en el pasado alguna experiencia que ayude a enfrentar este presente, nada llega... será que no poseemos tal experiencia, será que la tuvimos, pero la bloqueamos por estar relacionada con la pérdida... con la muerte.

 

No es fácil estar en el lugar del enfermo y menos del familiar, ponerse en sus zapatos suena fácil, las visitas se multiplican y desaparecen tan rápido como llegaron (será que también los amigos no encuentran la vivencia que les permita realmente empatizar y ser de ayuda o soporte para el enfermo y su familia) podemos agregar que también es difícil estar en el lugar del amigo o conocido... recuerdo la queja de un paciente...

 "no sé a qué vienen, antes conversábamos de todo, ahora es como estar frente a desconocidos,

me miran y no saben qué hablar..."

 

Qué nos sucede que no sabemos relacionarnos desde la enfermedad, desde ésta enfermedad en particular, ya que frente a un diagnóstico de diabetes o de enfermedad cardiovascular (primera causa de muerte) no nos sucede lo mismo, entonces ¿qué nos pasa con el cáncer?, ¿de qué nos hace conscientes?, ¿a qué nos enfrenta?, ¿por qué no sabemos como enfrentarlo?...

Quizás podríamos comenzar por preguntarnos ¿cuándo fue la última vez que fuimos conscientes de nuestra mortalidad o la de aquellos a quienes tanto amamos? quizás allí está la respuesta a nuestra actitud frente al cáncer a nuestros miedos y a la rabia que nos produce darnos cuenta que el tiempo es inmune a la enfermedad...

 

Hmolina.