Proceso psicológico de la enfermedad...

25.11.2012 08:36

 

Se identifican cinco pasos de un proceso psicológico que frecuentemente preceden al cáncer.

1.       Experiencias en la infancia que suponen la decisión de ser un cierto tipo de persona.

A partir de lo que los niños ven y aprenden en su infancia respecto a cosas que realizaron sus padres, ellos toman decisiones que pueden ser positivas tanto como negativas.

La preocupación principal es que las decisiones tomadas en la infancia limitan los recursos de la persona para enfrentarse a los diversos tipos de estrés. En la edad adulta la mayor parte de estas decisiones infantiles no son conscientes. Cada necesidad que encontremos, cada problema que tengamos que resolver, los tendremos que manejar dentro  del marco de esas elecciones limitadas que hicimos en nuestra temprana infancia.

Pero cuando la historia de nuestras elecciones pasadas llega a ser consciente, entonces podemos tomar nuevas decisiones.

2.       El individuo es sacudido por una sucesión de acontecimientos estresantes.

Las investigaciones realizadas y las observaciones a pacientes que se han hecho los autores del libro, concuerdan en que grandes cantidades de estrés suelen ser precursoras del cáncer. Los más críticos que se han identificado son los que amenazan la identidad personal. Pueden incluir la muerte del cónyuge o de una persona amada, jubilación o pérdida de un papel significante.

3.       Estos acontecimientos crean un problema que el individuo no sabe manejar.

No son solo los acontecimientos los que crean el problema, si no la incapacidad de manejarlos dada las “reglas” de acción y el papel que se decidió seguir en la infancia. Por ejemplo, El hombre que ha aprendido a expresar raramente sus sentimientos, se siente atrapado cuando esta en una situación que puede mejorar solo si el se expresa abiertamente.

4.       El individuo no sabe cambiar sus reglas de acción y se siente desamparado para resolver el problema.

Como las decisiones inconscientes sobre el “modo correcto” de ser forman una parte significante de su identidad, estas personas no ven que el cambio es posible o incluso pueden sentir que cambiar significativamente es perder su identidad. Estas personas se veían a si mismos como “victimas” –meses antes del inicio del cáncer- porque no se sentían capaces de cambiar sus vidas de modo que pudieran resolver sus problemas o reducir su estrés. Los continuos acontecimientos estresantes eran la prueba final de que el tiempo no mejoraría sus suertes.

5.       El individuo se distancia del problema, haciéndose estático, incambiable, rígido.

Cuando hay esperanza, el individuo “corre sobre su propio terreno”, sin esperar llegar a ninguna parte. Superficialmente puede parecer que se está enfrentando a la vida, pero interiormente la vida ya no parece tener significado, solo lo hace para mantener las convenciones. Una enfermedad grave o seria representa una solución, una salida, un modo de posponer el problema.

Los sentimientos de desesperanza y desamparo que se producen algunos meses antes del desencadenamiento de la enfermedad, por todas las razones que se han mencionado, no causan el cáncer, más bien le permiten desarrollarse.

Se espera que si usted se reconoce en este proceso psicológico, lo entienda como una llamada de acción que lo llevara a realizar cambios en su vida y no que se atemorice o culpe a alguien por su enfermedad. Al reconocer su propia participación en el desencadenamiento de la enfermedad, también esta reconociendo suponer para participar en la recuperación de su salud.

                                                               Recuperar la salud.

Llegar a tomar conciencia del desarrollo de su propia enfermedad, es para muchos de nuestros pacientes el primer paso que dan para cambiar esta dirección. Entonces, al cambiar sus actitudes y comportamientos, pueden dar los pasos necesarios en dirección a su salud.

Se han observado cuatro pasos psicológicos que se suceden en el espiral ascendente hacia la recuperación:

1.       El diagnostico de la enfermedad que amenaza la vida proporciona al individuo una nueva perspectiva sobre sus problemas.

La amenaza le da permiso para actuar de modos que no parecían estar permitidos anteriormente. La ira contenida y la hostilidad pueden ser expresadas; se admite un comportamiento enérgico. La enfermedad le permite a la persona decir no.

2.    El individuo decide alterar su comportamiento, ser otro tipo de persona.

Como la enfermedad suele suspender las reglas, repentinamente empieza a haber opciones. El individuo comienza a ver que tiene la capacidad de resolver problemas o de enfrentarse con ellos. También descubre que los cambios del comportamiento no suponen una perdida de identidad. Por consiguiente hay mayor libertad de acción y más recursos disponibles con los que vivir. La depresión suele aliviarse cuando los sentimientos reprimidos han sido liberados y hay una mayor energía psicológica disponible.

El individuo decide ser un tipo de persona; la enfermedad sirve pues como permiso para cambiar.

3.       Los procesos físicos del cuerpo responden a los sentimientos de esperanza y al renovado deseo de vivir, creando un ciclo de refuerzo al nuevo estado mental.

La esperanza y el renovado deseo de vivir, inician procesos físicos que suponen un mejoramiento de la salud. Puesto que mente, cuerpo y emociones actúan como un sistema, los cambios en el estado psicológico suponen cambios en el estado físico.

En muchos casos, el proceso tiene sus altibajos. Los pacientes pueden tener una buena salud física hasta que se les pone cara a cara frente a sus áreas de conflicto psicológico. Si uno de los conflictos tiene que ver con el trabajo, por ejemplo, la incapacidad física asociada a la enfermedad puede haber aliviado temporalmente el conflicto ya que el individuo no podía trabajar. Al restaurarse la salud, el paciente puede tener que enfrentarse de nuevo con la situación estresante. Puede haber recaídas físicas transitorias hasta que el paciente vuelva a sentirse suficientemente seguro para hacer frente a la situación.

4.       El paciente recuperado esta “mejor que bien”.

Karl Menninger, describe a pacientes que se ha recuperado de ataques de enfermedades mentales y que estaban 2mejor que bien”, lo que quiere decir que el estado emocional que habían restaurado era de hecho superior al que habían tenido antes de la enfermedad. Esta observación también se puede aplicar a los pacientes que han participado activamente en la recuperación del cáncer. Estos pacientes tienen la sensación de control sobre sus vidas, que supone claramente un nivel mejor de desarrollo psicológico. Muchos pacientes que han sido activos en su recuperación tienen una posición positivamente diferente hacia la vida. Esperan que las cosas vayan bien, y no son victimas por más tiempo.