La importancia del Ejercicio

25.11.2012 07:57

 

Su importancia y propuesta.

Empezamos a considerar seriamente la posibilidad de incluir el ejercicio en nuestro programa de tratamiento. Cuando discutíamos el efecto potencial que este programa podría tener para los pacientes de cáncer, observamos que un numero muy significativo de nuestros pacientes de mas éxito, había mantenido un programa de ejercicio físico vigoroso tras su diagnostico, y todos eran delgados, muy delgados.

Tras estas observaciones, comenzamos a buscar en los trabajos de medicina por que razones el ejercicio vigoroso podía tener grandes ventajas en el tratamiento de los pacientes de corazón y cáncer. Las  incidencias de enfermedades de corazón y cáncer habían aumentado de forma espectacular a medida que la vida se había hecho mas opulenta (permitiendo la sobrealimentación de la población), mas sedentaria (disminuyendo la cantidad de ejercicio físico) y mucho mas lleno de estrés por la industrialización de la sociedad.

James Ewing en 1911, observó que el cáncer tiene más probabilidades de darse entre los “acomodados e indolentes” que entre los “pobres y sobrepreocupados”. El creía que la falta de ejercicio en las clases económicas más altas era un factor de importancia. En 1921, cuando I. Silvertsen y A. W. Dahlstrom analizaron los casos de 86.000 muertes, descubrieron que los niveles de muerte por cáncer eran muy superiores entre los que tenían ocupaciones que suponían poco esfuerzo muscular. Estos investigadores señalaron que las sociedades relativamente “incivilizadas”, también estaban relativamente libres del cáncer.

Los trabajos del Doctor Hans Selye y de otros investigadores sobre el estrés, sugieren que la correspondencia entre el ejercicio físico y la menor incidencia del cáncer puede estar relacionada con una canalización mas apropiada del estrés.

El ejercicio físico practicado con regularidad es uno de los mejores medios para canalizar adecuadamente los efectos fisiológicos del estrés y puede estimular a las defensas naturales del cuerpo para que combatan la malignidad.

Pero el ejercicio no solo tiene beneficios físicos; también pude producir cambios psicológicos significativos. Se ha observado que las personas que practican programas de ejercicios con regularidad, tienden a ser mas flexibles en sus modos de pensar y en sus creencias, a tener un mayor sentido de autosuficiencia, una idea de si mismas mas fuerte, una mayor autoaceptacion, una menor tendencia a echar las culpas a los demás u menos depresión.

Estudios recientes han hallado una correlación entre depresión y el mal funcionamiento del sistema inmunológico, por lo que el ejercicio, al ser uno de los modos más efectivos para invertir el ciclo de la depresión, es un factor potente para la recuperación de la salud.

El ejercicio regular contribuye asimismo a los cambios positivos de la personalidad de otros modos importantes. Buscar el tiempo para practicar el ejercicio físico requiere un control firme del empleo del tiempo cotidiano. Tomar el control de dicho empleo del tiempo, da el sentimiento de haber tomado el control de la propia vida. Esta actitud enérgica ayuda a crear el clima emocional necesario que conduce a la recuperación de la salud.

Por último, el sentimiento de vitalidad y de salud que se obtiene del ejercicio físico ayuda a ver al cuerpo como un amigo, como una fuente de placer, como algo que vale la pena entender y cuidar.

Para algunos especialistas, el ejercicio físico, podrían considerarlo desaconsejable para pacientes con cáncer que se haya extendido a los huesos, para los que tengan una cantidad muy baja de plaquetas (que ayuda a la coagulación de la sangre) o para los que se encuentren en otras condiciones limite, creemos que la mayor parte de los pacientes, incluso los que se encuentran en estas condiciones especiales, pueden mantener un programa de ejercicio. Por supuesto deben comenzar suavemente, tendiendo en cuenta que pueden hacerse daño, y observando cuidadosamente cualquier señal de alarma de dolor o rigidez.

                               Nuestra recomendación de ejercicio: una hora tres veces a la semana.

El programa de ejercicios que hemos ideado, se basa en un programa que ha sido efectivo para los pacientes cardiacos. Pedimos a nuestros pacientes que comiencen un programa consistente en una hora de ejercicio tres veces a la semana. Es importante el tiempo de una hora. Los estudios sugieren que los periodos de ejercicio más cortos no producen efectos beneficiosos para la salud.

Si usted no puede realizar los ejercicios  porque esta en cama o apenas puede moverse, le sugerimos que se visualice realizando ejercicio físico, ya que construye la expectación de una mejor capacidad física y afirma el compromiso de reconocer las necesidades de su cuerpo. Si puede mover los brazos y las piernas, haga ejercicio en la cama. Y si puede caminar por su habitación o por su casa, dé esos paseos.

 Por ejemplo una persona con leucemia que se encuentre frecuentemente en el hospital para recibir quimioterapia, a la cual por los dolores se le administra narcóticos y recibe alimentación intravenosa. Generalmente, la única actividad de esta persona consiste en ir al baño con ayuda. El primer paso es que el paciente comience un programa de ejercicio físico, decidiendo cuando tenga lugar los periodos de ejercicios. Es importante que la hora de ejercicios tenga lugar en un momento del día en que haya pocas interrupciones.

La persona podría comenzar los ejercicios moviendo las manos y los pies en la cama y sin sentir dolores intensos (incluso los dedos y la muñeca del brazo por el que esta recibiendo la alimentación intravenosa, suelen estar suficientemente libres para moverlos), y levantar la cabeza de la almohada y dejarla caer durante unos cinco minutos. Después, el paciente puede utilizar las imágenes mentales para visualizarse realizando una actividad que le guste… nadando, dando un paseo por el bosque, jugar tenis, etc. Lo importante es que la actividad sea física y agradable. Esta visualización se realiza entre cinco y diez minutos, luego se repite el ejercicio físico otros cuatro o cinco minutos, moviendo las piernas, los brazos, la cabeza, etc. Luego se vuelve a visualizar durante otros cinco o diez minutos.

Al repetir la combinación de actividad física (cinco minutos) y de visualización (diez minutos) cuatro veces, y llamar luego a la enfermera para ir al cuarto de baño (aunque sea para hacer ejercicio), el paciente ha completado el equivalente de una hora de ejercicio. Esto lo debe repetir tres veces a la semana.

Cuando salga del hospital, ya dispone de un esquema regular, que puede rellenar con las actividades que le parezcan más apropiadas. Este programa necesita ser ajustado según las condiciones físicas  de la persona en momentos diferentes.

Si usted no esta hospitalizado, puede usar la combinación de andar y correr durante una hora, tres veces a la semana, es quizás el mejor tipo de ejercicio, pero lo importante del programa de ejercicios es la regularidad.

El mejor criterio que hemos encontrado sobre lo que es una actividad “sana” (dentro de los limites de cada persona), es el empleado por los pacientes de corazón; el limite superior del ejercicio es que el pulso sea de 144 a 156 pulsaciones por minuto. A muchas personas no les resulta fácil tomarse las pulsaciones, cuando están realizando ejercicio y hemos establecido una regla: el ejercicio es sano, y se encuentra dentro de los límites de la seguridad, cuando se puede mantener una conversación, incluso sea algo jadeante, mientras hace ejercicio.

Cuando se sienta exhausto que no pueda mantener una conversación, reduzca su nivel de actividad. Si está corriendo, reduzca la velocidad o camine; si esta caminando, párese o siéntese.

Estamos convencidos de que este programa de ejercicio contribuye tanto a la salud física como mental. Pero queremos afirmar con toda claridad que usted es responsable de protegerse de los daños o del sobre ejercicio. Si respeta los criterios, no hay razones para que se provoque lesiones o que se sobre ejercite.

Nuestra experiencia con este programa nos ha mostrado que los pacientes de cáncer son capaces de realizar una mayor actividad física que la mayor parte de la gente cree.

A mejorar la calidad de vida, mejoran las decisiones de vivir y mejoran las creencias de que la recuperación es posible.

Con respecto a la nutrición, lo único que podemos aconsejar es la disminución de la ingesta de calorías para los pacientes que pesan de más hasta que alcancen su peso adecuado. Asimismo sugerimos que se evite el consumo excesivo de alcohol.

Se puede ganar mucho al realizar ejercicio físico regularmente, por lo que le animamos a que comience un programa hoy mismo, sea cual sea su actual condición física. Los beneficios físicos y psicológicos son inmediatos.