Enfrentarse al miedo de recaída y muerte.
Enfrentarse al miedo de recaída y muerte.
Todos los pacientes de cáncer temen la posibilidad de la recurrencia y efectivamente no es extraño que cuando un paciente comienza el tratamiento mejore significativamente, y luego experimente una recaída. Para enfrentar esta situación, hemos aprendido a equilibrar las esperanzas de recuperación de nuestros pacientes. Es importante que los pacientes entiendan que los cambios psicológicos que hacen posible la recuperación no son una carrera cuesta arriba, sino que constituye un proceso dinámico, con sus altos y sus bajos a lo largo del camino.
Recurrencia: la retroalimentación del cuerpo.
Uno de los mejores modos para reducir el miedo a la recurrencia, es estar preparados por si sucede. Les describimos lo que suele suceder cuando se le dice a un paciente que su enfermedad ha recurrido. Es una noticia que por un periodo confunde y desasosiega emocionalmente, es un sentimiento de que “se han ido a pique”. Durante este tiempo, puede darse una reevaluación o un cambio del tratamiento medico. Nosotros animamos a nuestros pacientes para que no esperen demasiado de ellos mismos en este periodo. Necesitan su energía para mantenerse a flote.
Los pacientes como primera acción deben recurrir a todos los que se encuentran en su sistema de apoyo –familia, amigos, equipo medico- para pedirles amor, comprensión y aceptación de sus bruscos cambios de humor. En segundo lugar, no deben tomar ninguna decisión importante sobre lo que piensan que será el desenlace eventual de su enfermedad. Durante la recurrencia, les pedimos que recuerden que es un periodo doloroso y aterrador, pero que es transitorio. El choque y la confusión pasaran y cuando esto suceda, pueden empezar a hacer evaluación mas tranquila de lo que ha ocurrido, y de lo que reserva el futuro.
No consideramos la recurrencia como un fracaso, sino como un mensaje fisiológico del cuerpo que tiene una gran cantidad de implicaciones psicológicas llenas de significado. Algunos de los posibles mensajes son:
1. Los pacientes pueden haberse rendido inconscientemente a los conflictos emocionales don los que enfrentan. La recurrencia transmite el mensaje de que necesitan ayuda para resolver los conflictos o para encontrar modos mejores para enfrentarse con ellos.
2. Los pacientes pueden no haber encontrado aun los modos para darse el permiso necesario para satisfacer sus necesidades emocionales salvo con la enfermedad. Es preciso revisar cuidadosamente los “beneficios” de la enfermedad para encontrar otros modos para satisfacer sus necesidades.
3. Los pacientes pueden estar tratando de cambiar en sus vidas demasiadas cosas demasiado rápidamente, lo cual supone en sí mismo un estrés físico. Sus cuerpos le están diciendo que lo hagan más despacio y que no vayan tan aprisa.
4. Los pacientes pueden haber hecho cambios importantes, pero después haberse descuidado y haberse hecho autocomplacientes. Las personas tendemos a responder con rapidez solo a las necesidades inmediatas (dejando las actividades una vez que ha pasado la amenaza de la enfermedad), y un nuevo régimen solo puede transformarse en habito con una practica disciplinada.
5. Los pacientes pueden no estar cuidándose emocionalmente; su comportamiento puede ser autodestructivo. Sus cuerpos les recuerdan que den prioridad a su salud y a sus propias necesidades.
La consulta con el Guía Interno, como describimos en el Capítulo 15, puede ser muy útil durante el proceso. Animamos a nuestros pacientes a que evoquen la imagen de su consejero al menos una vez al día en su proceso de imágenes mentales y que le pregunten: “¿Cuál es el significado de mi recurrencia? ¿Qué mensaje encierra para mi?”
Esto procedimientos de exploración, suelen arrojar valiosa información que tiene resultados positivos en los esfuerzos globales de los pacientes para recuperar la salud. También puede ser la ocasión de que los pacientes vuelvan a evaluar sus esfuerzos para recuperar la salud y para que decidan si deben cambiar de dirección o no.
Muerte: una decisión.
Posiblemente la muerte es el hecho más lleno de emoción, más temible y más difícil de aceptar de la vida y es un tabú en nuestra sociedad. Los pacientes con cáncer temen por una muerte prolongada que arruine a su familia y a sus amigos tanto emocional como económicamente. Les aterra la perspectiva de meses de hospital separados de sus seres queridos, llevando una vida solitaria, dolorosa, vacía. Cuando el paciente intenta exponer la posibilidad de su muerte, la respuesta mas frecuente es: “¡No hables así! ¡Tu no vas a morirte!” Al no poder hablar de la muerte con aquellos que son mas importantes para ellos, sus miedos no se alivian y pueden seguir creciendo.
La doctora Elisabeth Kübler-Ross, ha observado que tanto los adultos como los niños saben cuando su muerte es inminente. También ha señalado que frecuentemente las personas no se dejan morir, prolongando de esta forma la situación, porque un ser querido o incluso el equipo medico no puede aceptar su muerte. Estas personas llevan la doble carga de saber que se están muriendo, y de tener que mantener la cara para los demás.
A causa de nuestra dedicación con algunos de nuestros primeros pacientes, los cuales venían a sesiones de una semana y luego volvían a sus casas, manteniendo el contacto telefónico con nosotros y ocasionalmente les visitábamos en sus hogares cuando realizábamos viajes. De repente cesaba toda comunicación y poco después sus familias nos informaban de que habían muerto. Nos sentíamos heridos por haber sido excluidos de sus últimos días. De vez en cuando, sus familias nos comunicaban sus ultimas palabras: “Decidles a Carl y a Stephanie que el método funciona”, “Decidles que no es culpa suya”. Finalmente comprendimos. Nuestros pacientes habían sentido que nuestra asistencia en sus esfuerzos para recuperar la salud les obligaba a mantenerse con vida para demostrar el éxito de nuestro programa. La muerte significaba que nos habían fallado. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que ya que los pacientes podían dirigir el curso de su recuperación, teníamos que admitir que también podían –y debían- dirigir el curso de su muerte, si esa era la dirección que deseaban seguir.
Abrir una discusión sobre la muerte.
Una mirada directa a la posibilidad de la muerte, alivia a los pacientes de una buena parte de ansiedad y parece reducir el dolor físico de la muerte. Muchos pacientes soy muy activos hasta una semana o dos antes de morir, y a menudo mueren en sus casas con sus seres queridos, o en un hospital tras una estancia de menos de una semana. Atribuimos esta mejor calidad de muerte a su capacidad de enfrentarse con sus miedos con honestidad y comprensión, y a que son conscientes de que se están muriendo.
Nosotros les exponemos la posibilidad de que quizás en el futuro pueden llegar a decidir que ha llegado para ellos el momento de morir, y les pedimos que nos comuniquen su decisión. Tienen derecho de abandonar la lucha y salir de la vida.
Señalemos un punto importante: nuestros pacientes, tanto si se recuperan como si no, han triunfado en mejorar su calidad de vida, o su calidad de muerte, y han realizado una hazaña que requiere grandes dosis de fuerza y valor.
Experiencias de nuestros pacientes.
Las siguientes historias muestran la variedad de experiencias que nuestros pacientes han tenido al enfrentarse con la muerte.
Frederick
Frederick estaba muy próximo a la muerte cuando comenzamos a trabajar juntos. Era muy cooperativo y mostro una mejoría emocional significativa su primera semana en el centro. Pero al final de la semana estaba claro que muchos conflictos aun estaban sin resolver, y previmos que Frederick se enfrentaría con una tempestad física y fisiológica cuando regresara a casa.
Comenzó a llamar al centro, sentía una ansiedad intensa y una gran depresión y su condición física se estaba deteriorando rápidamente. En nuestra cuarta conversación con el, cuando llevaba en casa unos diez días, le sentimos muy débil y próximo a la muerte. No comía nada, y estaba emocionalmente destrozado y agotado. Se había planteado demasiadas demandas psicológicas y estaba cayendo cuesta abajo a gran velocidad, por lo que le aconsejamos que dejara de pelear, que fuera más indiferente, y que viera que pasaba. El abandonar la lucha podía acelerar su movimiento hacia la muerte, pero el caso es que se estaba dirigiendo rápidamente en esa dirección.
Durante los tres días siguientes, Frederick estuvo semiconsciente y durmiendo casi todo el tiempo. Después de eso nos dijo que sabía que estaba muy próximo a la muerte, aunque se sentía mas tranquilo que lo que lo había estado anteriormente. Frederick tuvo una experiencia similar a un sueño en la que tuvo que tomar la decisión consciente de vivir o morir. En este estado de ensoñación decidió vivir, y al hacerlo recupero la conciencia, se dirigió a su mujer y le hablo claramente por primera vez en tres días. Le pidió que le pusiera la grabación de la relajación-visualización, y volvió a practicar la técnica. Al día siguiente se sintió un poco más fuerte y comenzó a comer.
Cuatro meses después del momento en que estuvo tan próximo a la muerte, volvió a practicar la medicina. Unas semanas después, sin embargo, recibió la llamada telefónica sobre la cancelación de su seguro de incapacidad. Esta llamada y la ansiedad provocada, parecieron disparar la recurrencia del cáncer. Su salud se deterioro rápidamente, la malignidad recurrió y poco después murió.
Kim
Kim era una mujer de cuarenta años, con cáncer de mama y metástasis muy extendidas. Mostro un importante trabajo emocional con nosotros, y su salud había sido buena durante aproximadamente un año. Repentinamente tuvo una recurrencia de la malignidad. Volvió a visitarnos de forma regular y volvió a enfrentarse con los conflictos emocionales relacionados con su enfermedad.
Al volver a casa, se sintió incapaz de reunir energía para dedicarse a las actividades que sabia que podían ayudarla en su salud. El clima era muy frío y tormentoso, por lo que le era difícil incluso salir de cas para hacer ejercicios. Perdió el contacto con casi todos sus amigos. A medida que la enfermedad continuaba creciendo, crecía también su frustración. Nos telefoneo un día para decirnos que estaba muy desanimada. Había olvidado lo que era estar bien, así que ¿Cómo podría mantener la esperanza de que se pondría bien? Le sugerimos a Kim, como hicimos a Frederick, que quizás era el momento de para la lucha y esperar los acontecimientos. Nos dijo que nuestra sugerencia era una fuente de consuelo.
Al día siguiente, nuestra charla fue más satisfactoria. Estaba realizando las labores del hogar, preparando la cena para la familia. Después de la cena dijo a su familia que le dolía un poco la cabeza y que se iba a la cama. Alguien de su familia fue a ver como estaba poco después, y descubrió que había muerto plácidamente en el sueño.
Mejorar las perspectivas sobre la vida y la muerte.
Estos pacientes aprendieron que podía luchar con éxito para mantener la vida, o abandonar la lucha y dirigirse a la muerte. Lo más destacable es que los pacientes confrontaron abiertamente la posibilidad de la muerte y que aparentemente decidieron cuando estaban listos para morir.
Hemos desarrollado una visualización (digamos una “fantasía dirigida”) y su objetivo no es “realzar” la muerte, sino estimular una revisión de la vida que pueda señalarle las metas importantes que aun pueda alcanzar. Esta actividad puede ayudarle a decidir abandonar sus viejas actitudes, creencias y rasgos de personalidad, y dar a luz nuevas creencias, nuevos sentimientos y nuevos modos de responder a la vida.
El ejercicio le ayudara a aclarar si usted cree que recurrencia es sinónimo de muerte, de cómo reaccionaran sus familiares y amigos íntimos frente a su muerte y de lo que usted cree que sucederá a su conciencia cuando muera.
1. Siéntese en una posición cómoda en una habitación tranquila, y comience con el ejercicio de relajación para estar más relajado.
2. Cuando se sienta relajado, imagine a su medico diciéndole que el cáncer ha recurrido. (si no tiene cáncer, imagine que le dice que va a morir pronto). Experimente los sentimientos y los pensamientos que tiene como respuesta a esta información. ¿Dónde va? ¿A quien se lo dice? ¿Qué le dice? Tómese el tiempo necesario para imaginar la situación con todo detalle.
3. Ahora imagínese dirigiéndose hacia la muerte. Sienta el deterioro físico que tiene lugar. Considere todos los detalles del proceso de morir. Sea consciente de lo que perderá al morir. Tómese unos minutos para experimentar estos sentimientos y para explorarlos con todo detalle.
4. Imagínese a la gente alrededor de su lecho de muerte. Visualice como responden a su perdida. ¿Qué están diciendo y sintiendo? Tómese tiempo para ver lo que esta sucediendo. Imagine el momento de su muerte.
5. Asista a su propio funeral. ¿Quién esta allí? ¿Qué dice? ¿Qué sienten? Tómese también el tiempo necesario.
6. Véase muerto. ¿Qué pasa con su conciencia? Deje que su conciencia se dirija a donde usted crea que va tras la muerte. Permanezca allí tranquilamente unos momentos y experiméntelo.
7. Deje ahora que su conciencia vaya por el universo hasta que se encuentre con lo que usted crea que es la fuente de todo. Mientras este en su presencia, repase su vida con todo detalle. Tómese su tiempo. ¿Qué ha hecho que le parezca agradable? ¿Qué habría hecho de otra manera? ¿Qué resentimientos tuvo y que resentimientos sigue teniendo? (Nota: repase su vida y plantéese estas preguntas al margen de lo que crea que le sucede a la conciencia después de la muerte.)
8. Ahora tiene usted la oportunidad de volver a la tierra con un cuerpo nuevo y de crear un nuevo plan para su vida. ¿Elegiría los mismos padres o tomaría otros nuevos? ¿Cómo seria su trabajo? ¿Qué le seria esencial realizar en su nueva vida? ¿Qué seria importante para usted en su nueva vida? Piense cuidadosamente en sus nuevos proyectos.
9. Tenga en cuenta que el proceso de muerte y renacimiento es continuo en la vida. Cada vez que cambia de creencias o de sentimientos se encuentra usted inmerso en un proceso de muerte y renacimiento. Ahora que lo ha experimentado en su pantalla mental, usted es consciente de este proceso de muerte y renovación en su vida.
10. Vuelva ahora lenta y apaciblemente al momento presente, y manténgase siempre alerta.
Implicaciones de la fantasía de muerte-renacimiento.
Aunque las respuestas a este proceso son muy personales y diferentes, hemos observado algunas reacciones generales. Una de las reacciones mas frecuente es que la fantasía de su propia muerte no resulta tan difícil ni tan dolorosa como habían temido. Suelen conseguir mejoras en la perspectiva de lo que dirían a sus seres queridos para aliviar su dolor y tristeza por la perdida. Cuando imaginan su propio funeral, se tranquilizan al darse cuenta de que sus familiares y amigos seguirán estando allí tras su muerte.
Al imaginar con la fantasía el tipo de persona que desearían ser si se les diera la oportunidad de crear una vida nueva, pueden decidir ahora mismo de que modo les gustaría ser diferentes. Animamos a los pacientes a que exploren los modos de llegar a ser ese tipo de persona ya, en esta vida.
A medida que usted explore a usted mismo y que explore su participación en su salud, esta permitiendo la muerte de las antiguas creencias no constructivas y esta creando actitudes nuevas para una nueva vida, acercándose mas de este modo al tipo de persona que le gustaría ser.