Encontrar el Guía Interno para tu sanación...

25.11.2012 08:05

 

    La mente inconsciente contiene preciosos recursos que pueden ser movilizados para el crecimiento personal y la recuperación de la salud. Los teóricos de la psicología han propuesto la existencia de un “centro” de la psique, que dirige, regula e influye en el curso de la vida de cada individuo.

Este “centro” ha recibido diferentes nombres. Freud lo llamaba el inconsciente: fuente de instintos e impulsos que modulan el comportamiento y que se encuentran fundamentalmente fuera de consciencia. Jung lo llamo el sí mismo, ya que decía que el individuo no era solo guiado por el inconsciente, si no también por su crecimiento personal y por su sensación de bienestar, desarrollando una función compensatoria. Por ejemplo, cuando una persona tenia un miedo consciente, el si mismo trataría de proporcionarle los sentimientos de fuerza y valor necesarios para mantener la situación temible bajo control.

Los medios que utiliza el inconsciente para comunicarse con el yo consciente son los sentimientos, los sueños, y las intuiciones. Desgraciadamente, nuestra cultura subvalora estos mensajes. Se nos enseña a valorar los acontecimientos externos –nuestro comportamiento, nuestros cuerpos, las cosas materiales, la elaboración lógica de nuestros pensamientos- pero no nuestro ambiente interno. Por tanto, tendemos a ignorar los sentimientos, los sueños, las intuiciones de nuestro yo interno, que intenta proporcionarnos los recursos necesarios para satisfacer las demandas del mundo exterior.

Diferentes investigadores han establecido la hipótesis de que los pacientes de cáncer pueden haber cortado su conexión con los recursos de sus procesos inconscientes. Muchos de nuestros pacientes recuperados han llegado a ver su enfermedad como un mensaje para tener más en cuenta y prestar más atención a su yo interno que a las demandas de los demás.

El Guía Interno es un proceso que enseñamos a nuestros pacientes para profundizar en estos ricos recursos internos de salud y de fortaleza. Visualizar este Guía permite un fácil acceso al inconsciente. Cuando se entra en contacto con el Guía Interno –mediante el proceso de imágenes mentales que describiremos mas adelante- se está tomando contacto con unos importantes recursos mentales de los que habitualmente se esta desconectado.

Jung señalo que durante la meditación o la ensoñación, a veces se formaban imágenes espontaneas que tenían la cualidad de ser autónomas, como con vida propia. En la terapia Junguiana, se pone mucho énfasis en la importancia de establecer comunicación con estos recursos positivos del inconsciente. Uno de estos procesos utilizados para el Guía Interno se denomina “ensoñación asistida”, es una forma de elaboración de imágenes.

Para muchas personas, el Guía Interno toma la forma de una figura respetada y con autoridad –un sabio o una sabia, un medico, una figura religiosa- con el que el paciente puede mantener un dialogo interno, planteando preguntas y escuchando respuestas que parecen ser mas sabias que las capacidades conscientes del individuo.

Es mas, los pacientes suelen ser más receptivos a las percepciones obtenidas de su relación con sus Guías Internos que a las observaciones realizadas por el líder de un grupo o por un terapeuta. Como el Guía Interno es un aspecto de la propia personalidad, la confianza en este guía es un paso muy saludable hacia la toma de responsabilidad en la propia salud tanto física como psicológica.

                               Buscar en los recursos internos: ejemplos de nuestros pacientes.

David

David, que ahora va por los sesenta, vino a nosotros poco después de que se le diagnosticara mieloma múltiple, una forma de cáncer que afecta a la medula ósea. Durante una terapia de grupo, nos comento un sueño recurrente que había tenido desde su infancia. Soñaba que se despertaba en medio de la noche totalmente paralizado, como por un hechizo. En el sueño, luchaba y luchaba, convencido de que si pudiera mover un musculo el hechizo se rompería, pero nunca conseguía moverse. La pesadilla le causaba tanto terror que insistía en que su mujer hiciera la cama con las sabanas plegadas como un acordeón, pues pensaba que si estaban demasiado apretadas alrededor de sus pies, el sueño se repetiría con mayor frecuencia. A pesar de estos esfuerzos, la pesadilla continuaba.

Tras el diagnostico del cáncer, animamos a David a que intentara recordar sus sueños y los escribiera, con la esperanza de que algo de su vida onírica fuera útil en su vida de vigilia. Le sugerimos que una pesadilla que se presentaba con tanta energía, posiblemente contuviera mensajes importantes del inconsciente con información psicológica valiosa.

Poco tiempo después de que comenzara a anotar sus sueños, David tuvo una serie de pesadillas seguidas por un sueño maravilloso en el aparecían dos niños jugando felices en una amplia pradera. Cuando caía la tarde, los niños se acercaron para despedirse, y uno le dijo al otro: “Como ya quieres jugar conmigo, no tendré que atarte nunca mas”.

Al despertarse y reflexionar sobre el sueño, David intuyó que uno de los niños del sueño representaba su yo consciente, y el otro –el del mensaje de no tener que atarle- representaba el inconsciente.

Como brillante ejecutivo que había tenido una gran responsabilidad en sus negocios, en el bienestar de sus empleados, y en el crecimiento de su comunidad, David había ignorado durante años sus sentimientos y sus necesidades emocionales para correr tras sus metas. Sintió que su inconsciente había estado intentando durante años llamar su atención con el sueño recurrente.

Como creía que el niño del sueño le había dicho como podía evitar la pesadilla recurrente, continuó anotando sus sueños. Además, incorporó la imagen de su inconsciente a las imágenes mentales con la que trabajaba tres veces al día. Le pregunto al niño que tenia que decirle y le prometió que le escucharía, siempre que no volviera a atarle. Este Guía Interno ha sido para David una fuente constante de buenos consejos y no ha tenido recurrencias de su pesadilla en los dos años y medio últimos.

David desarrollo otros Guías Internos, uno que apareció espontáneamente es sus imágenes mentales, es un niño de ocho años que llora, lo cual recordó que a esa edad experimento un trauma, como resultado del cual decidió vivir su vida de modo que la gente no pudiera afectarle emocionalmente. La imagen del niño representaba el daño y la angustia que había provocado esta decisión de su infancia de evitar las relaciones intimas, dándose cuenta de que el niño que lloraba solo aparecía en sus imágenes mentales cuando estaba deprimido y había embotellado sus sentimientos. Aprendió a interpretar la aparición del niño como un mensaje de que de nuevo se estaba cerrando a sus emociones.

Janet

Algunos pacientes han recibido informaciones valiosas al establecer un dialogo mental interno con los símbolo que intervienen en sus procesos de visualización de imágenes mentales. A Janet se le había diagnosticado cáncer de pecho que se había extendido a la cavidad abdominal. Comenzó a usar imágenes mentales cuando inicio su terapia con nosotros. A pesar del serio pronostico, tuvo una respuesta notablemente buena y pudo volver a trabajar y continuar con sus actividades normales durante dos años y medio.

Janet experimento entonces algunos reveses emocionales, y tras unos meses de estrés excesivo, tuvo una recaída de su enfermedad. Durante una sesión de visualización realizada poco después, convocó a sus leucocitos y les pregunto mentalmente si podían hacer un esfuerzo específico adicional para recuperar el control sobre su tumor. Ellos le respondieron que no querían trabajar solos, sino que ella también debía colaborar. Le indicaron que si deseaba recuperar su salud, tenía que comprender las razones emocionales por las que su enfermedad había ocurrido, y hacer algo al respecto, además de practicar con sus imágenes mentales tres veces al día. Si así lo hacia, ellos le aseguraban que continuarían trabajando diligentemente contra el cáncer y reproduciéndose de modo que siempre hubiera una buena cantidad de leucocitos presentes para combatir la enfermedad. El tumor comenzó a disminuir y volvió a casa.

                                                               Otro acercamiento al guía interno.

Según nuestra experiencia, los Guías Internos de casi todos los pacientes toman la forma bien de una figura muy respetada o de otra figura que tenga un gran valor simbólico.

El doctor David Bresler, de la Clínica del Dolor de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles, tiene pacientes que usan sus imágenes mentales para contactar con sus Guías Internos como fuente de información sobre el dolor. Frecuentemente dice que los guías toman la forma de animales de fantasía (el doctor trabaja con criaturas alegres y de fantasía como Guías Internos), como “Freddy el Sapo”, por ejemplo. A pesar de sus cualidades caprichosas, estas criaturas ayudan a los pacientes a identificar que cosas de sus vidas pueden contribuir a su dolor.

El doctor Art Ulene anima a que se cree una “criatura-consejero” que permita tomar contacto con el cerebro derecho –el hemisferio cerebral mas relacionado con lo simbólico, con el funcionamiento intuitivo, en lugar del pensamiento lógico y racional que se asocia al hemisferio izquierdo- como ayuda en la resolución de problemas. Describe la criatura y el proceso de imágenes mentales:

El animal, por supuesto, no es mas que un símbolo del yo interno, y hablar al animal supone hablar con uno mismo, pero en una longitud de onda cerebral que no se usa con frecuencia.

Recientemente use mi propia criatura personal –un conejo llamado Corky- para resolver un problema de trabajo que se me había planteado. Durante días había tratado de buscar alguna salida a esa situación, no encontraba solución, mucha frustración, mucho estrés. De repente un día pensé: “Vamos a ver que tiene Corky que decir a esto”.

Cerré la puerta de mi despacho, baje las persianas, y me senté en mi sillón. Rápidamente me imagine que estaba en mi lugar ideal de descanso. En unos segundos, Corky hizo acto de presencia. Le expuse mi problema y le pregunte: “¿Qué debo hacer?”

No debes hacer nada”, respondió el conejo con vehemencia. “Deja que lo haga Frank. No es tu problema”.

¿Por qué no lo había pensado antes? Era la respuesta correcta, aunque se me había escapado días y días mientras consideraba el problema.

Telefonee a Frank (que lleva los temas administrativos de mi programa de televisión) y le comente mi conversación con el conejo. Frank estuvo de acuerdo en hacerse cargo del problema. En unos segundos me sentí mejor.

Admito que la solución había sido obvia todo el tiempo. Pero esa es la cuestión. No era obvia para el lado verbal de mi cerebro. Solo cuando llame a mi criatura amiga pude desplazarme a una zona mas fresca y menos trillada y encontrar la solución.

El enfoque de Ulene es siempre y directo, y tiene la ventaja de desmitificar el proceso para que no haya barreras por tener que asumir cualquier tipo de creencias místicas o religiosas para consultar al Guía Interno.

                                                               Visualización del guía Interno.

Los pasos descritos a continuación sirven para ayudarle a establecer el contacto inicial con un Guía Interno, sea cual sea la forma que tome. Una vez lo haya encontrado, puede recurrir a el cuando lo desee durante sus ejercicios regulares de visualización.

1.     Siéntase en una posición cómoda, con los pies apoyados en el suelo, ojos cerrados. Use el proceso de relajación parea sentirse cómodo y relajado.

2.     Visualícese en un lugar natural que le dé sensación de comodidad, de calor, de paz, y de serenidad. Seleccione ese lugar entre sus recuerdos o sus fantasías. Concéntrese en los detalles de la escena. Trate de experimentarla con todos sus sentidos, como si realmente estuviera allí.

3.     Observe un camino que sale de cerca de usted y que llega casi hasta el horizonte. Siéntase recorriendo este camino. Es agradable y tranquilo.

4.     Observe un camino que sale de cerca de usted y que llega casi hasta el horizonte. Siéntase recorriendo este camino. Es agradable y tranquilo.

5.     A medida que la luz se acerca, usted se da cuenta de que es una criatura viva… una persona que usted no conoce o un animal amistoso.

6.     A medida que la criatura se aproxima, sea consciente de los detalles de su aspecto. ¿Es masculina o femenina? Observe sus detalles tan claramente como pueda. Si su guía es una persona, observe todos los detalles de su cara, pelo, ojos, porte, forma del cuerpo.

7.     Si esta persona o criatura le hace sentirse cómodo, seguro y cálido, usted sabe que es un Guía Interno.

8.     Pregúntale su nombre, y luego pídale que le ayude en sus problemas.

9.     Entable una conversación con su Guía Interno, familiarícese con el, discuta sus problemas como lo haría como un amigo muy intimo.

10.   Preste mucha atención a cualquier información que reciba de su guía. Puede venir en forma de conversación o mediante gestos simbólicos, tales como señalar algo o mostrar un objeto que represente su consejo.

11.   Llegue a un acuerdo con su guía sobre como establecer contacto para conversaciones futuras.

12.   Ahora, cuando este listo, deje que su conciencia vuelva lentamente a la habitación en la que está sentado y abra los ojos.

No se desanime si no toma contacto con su guía o si no recibe información en el primer intento; no es raro que se necesiten varios intentos antes de establecer el contacto. Como es una parte de usted mismo a la que no ha prestado atención durante años, restablecer la comunicación puede requerir tiempo y paciencia.

Si se siente incomodo o avergonzado por consultar a su Guía Interno, recuerde que la figura que aparece no es más que un símbolo de su yo interno, una parte intuitiva, sabia, y responsable de su personalidad a la que no tiene acceso normalmente. Si logra una solida relación con el Guía Interno, puede recibir una cantidad extraordinaria de información y consejos sobre sus sentimientos, motivaciones, y comportamientos. Esta es simplemente una capacidad más que usted tiene y que puede movilizar hacia la salud.