
Katherinne Jiménez Carrasco, paciente oncológica se graduó de Abogada en el HMS
“Siento que es una gracia de Dios el tener la oportunidad de recibir el premio a tanto esfuerzo, no sólo mío, sino de mi familia y de la gente del Hospital Militar, que han hecho posible que este sueño se haga realidad, sin su apoyo nada de esto habría sido posible”
Katherinne tiene 25 años y desde el 2007 ha luchado contra un Sarcoma de Ewing, cáncer que afecta los huesos y se caracteriza por su dolencia y agresividad. Si bien durante estos años se ha esforzado en llevar una vida relativamente normal, con períodos de quimioterapias y controles, este año la enfermedad atacó fuerte, ubicándose en la articulación sacro iliaca izquierda, progresando a nivel óseo, con un dolor importante que ha alterado su calidad de vida y ha llevado el Sarcoma Ewing a un estado avanzado.
Uno de sus médicos tratantes ha sido la doctora Beatriz Comparini, Jefe de Oncología del HMS, quien al referirse a Katherinne, lo hace con mucho cariño y orgullo: “lo destacable en ella es que siempre ha tomado esta enfermedad de buena forma, es muy fuerte y dulce a la vez. Nunca ha querido sedación ya que prefiere usar el tiempo para estudiar. Ha ido a clases siempre que ha podido y ahora egresa de su carrera.”

La doctora, junto con el equipo médico del Hospital, fueron partícipes y testigos del gran esfuerzo de Katherinne por aprobar su carrera de Derecho, razón por lo cual se contactaron con el decano de la Universidad Andrés Bello, Sr. Gonzalo Cordero, para adelantar su egreso y así, poder realizar una ceremonia en el HMS, su lugar de hospitalización.
“Conocemos a la ‘Kathy’ desde el 2007 y estamos muy involucrados con ella, por lo que decidimos hacerle una ceremonia con su familia, amigos y autoridades de la Universidad y del Hospital. Vinieron incluso las personas que no estaban de turno, ya que la quieren mucho y se merece todo lo que podamos hacer por ella”, agrega la doctora.
Para todos quienes la conocen, Katherinne es una persona dulce, de esfuerzo y que transmite gran tranquilidad. Por eso, con una amable sonrisa recuerda cómo fue el día que inició este desafío: “Cuando me diagnosticaron, iba saliendo de cuarto medio y me estaba preparando para entrar a estudiar. La verdad, al interiorizarme de los efectos de la enfermedad, estaba entre que estudiaba o no, ya que no sabía cómo lo resolvería en el tiempo. Me habían explicado cómo eran las quimios, que me iba a sentir mal, cansada y que iba a pasar una semana bien y otra mal. Pensé que no me iba a dar el tiempo para dedicarme a estudiar y tenía dudas. Sin embargo, con la ayuda del equipo del hospital tomé la decisión. Ellos me hicieron ver que estudiar era un proceso normal de todo joven y que tenía que vivirlo. Me dijeron que me iban a ayudar y así, nos arriesgamos entre todos y entré.”
Hoy Katherinne es está egresada de Leyes y recibió, acompañada por todos quienes la quieren, su diploma de egreso. “Esta es un proceso que termina ahora y que fue muy significativo, porque partió en el Hospital antiguo, es muy emocionante para mi y estoy muy agradecida con la gente que me apoyó… Siento que es una gracia de Dios el tener la oportunidad de recibir el premio a tanto esfuerzo, no sólo mío, sino de mi familia y de la gente del Hospital Militar, que han hecho posible que este sueño se haga realidad, sin su apoyo nada de esto habría sido posible”
Familia de Katherinne
Lo primero que José Miguel Jiménez, padre de Katherinne, desea destacar, es que aunque los resultados del tratamiento de la enfermedad no han sido los esperados, la atención recibida por su hija, de parte de todos los profesionales que la han atendido, ha sido extraordinaria: “La verdad, no sé si en otro hospital la Kathy habría podido cumplir este sueño. Ella, aquí está en su casa. Todo el mundo la quiere, la cuida, la mima”. Asimismo, no quiere dejar pasar la oportunidad de agradecer a todos quienes cooperaron y ayudaron a su querida hija: “Le quiero dar las gracias, muy sinceramente, a la Dra. Beatriz Comparini, por todo el apoyo y aliento que durante tanto tiempo le ha entregado a Kathy. Siempre motivándola y dándole fuerzas para seguir adelante. Eso no se encuentra en todas partes. Muchas gracias”.

La fortaleza de Katherinne, su lucha y perseverancia de salir adelante, como fuera, son las características que más destaca su madre, María Carrasco. “Tengo una profunda convicción que lo realizado por ‘la Katita?, no se consigue de manera individual. Detrás de eso hay un tremendo apoyo externo que hoy quiero destacar, empezando por todo el personal que trabaja en el Hospital Militar de Santiago, así como al personal docente y académico de la Universidad Andrés Bello. Ambas instituciones han sido como su familia, la otra familia, las que le han permitido concretar este sueño que se inició hace ya seis años, y que hoy, se corona felizmente con el recibimiento de su diploma de egreso. Muchas gracias a todos”.
Por su parte, su hermano José, tecnólogo médico de profesión, agrega que el servicio de oncología del HMS., posee un grupo de personas que, más que profesionales, son un tremendo grupo humano, empáticos y muy cohesionados.”Por mi profesión, conozco y entiendo las consecuencias y limitaciones que genera la enfermedad de mi hermana, y tengo claro que sin el permanente y tremendo apoyo entregado por todos ellos, tal vez el resultado no habría sido el mismo, por lo cual les estaré eternamente agradecido”.
Sr. Gonzalo Cordero Mendoza
Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello
Kathy es todo un símbolo para nuestra Universidad
Visiblemente emocionado, el Decano de la Facultad de Derecho de la UAB., Gonzalo Cordero, sólo tuvo palabras de elogio para destacar la tremenda “cruzada” realizada por Katherinne quien, luego de seis años de mucha perseverancia y sacrificio, pudo terminar satisfactoriamente sus estudios de leyes en esa casa de estudios superiores: “A Kathy se le detectó la enfermedad el mismo año en que entró a estudiar. O sea, cursó su carrera y la enfermedad al mismo tiempo lo que para su logro, requiere de una enorme fortaleza personal y espiritual, y así, poder sobreponerse a los difíciles avatares de esta cruel enfermedad. No tengo ninguna duda en que ella, es todo un símbolo para nuestra Universidad”.
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